Director: Carlos Trosman Psicólogo Social / Corporalista Director en Argentina del Instituto Internacional de Qi-Gong (iiQG) contacto@shiatzukangenryu.com.ar Informes: Escuela de Shiatzu Kan Gen Ryu Equipo docente: Daniel Letieri / Jimena Díaz / Silvia Carino. Profesor invitado: Ricardo Dokyu Guillermo Cid: www.neidao.com.ar
CURSOS
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    Para contracturas
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    Luz Saviñón 1854, Colonia Narvarte

    Informes: Tel. 55-43-30-57 / 55-36-08-91

    www.rioabierto.mx

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    FRANCIA

    Institut Européen de Qi Gong & Yang Sheng

    Director: Dr. Yves Réquéna

    www.ieqg.com

  • Talleres

    • Shiatzu con el Pié Descalzo

    • Estiramiento de Tendones

    y Meridianos.

    • Shiatzu Básico Intensivo

    • An - Ma

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    • Moxabustión

    (Aplicación de calor

    con hierba china).

    • Ventosas

    (Para aliviar contracturas

    y desbloquear la energía).

     

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La flexibilidad del bambú volver atrás

Publicado en Kiné Nº 64 de octubre de 2004

Un “cuento chino” antiguo refiere a cierto Emperador cuyo Reino pasaba por un período de abundancia y prosperidad. El sabio Emperador, conciente del movimiento de la energía, convocó a sus colaboradores y les dijo que no quería olvidar que para llegar a esta plenitud tan satisfactoria, él y su pueblo habían pasado por guerras, hambrunas y grandes esfuerzos. Sus asesores se retiraron a deliberar y a los pocos días regresaron con un anillo. Al ponérselo, el Emperador pudo leer en su interior: “Esto también pasará”.

 

La anatomía y fisiología postulada por la Medicina Tradicional China es muy diferente a la que aprendemos en nuestra cultura, si bien tiene algunos puntos de coincidencia con la medicina Occidental. Téngase en cuenta que se ha mantenido casi inalterable durante más de 5.000 años y aún así, demuestra efectividad en una cantidad de dolencias que se amplía día a día. Es una medicina energética que considera al ser humano como una unidad de energía sumergida en un universo de energía en constante interacción. Aquí, al hablar de energía, es cuando nos imaginamos que somos seres luminosos sumergidos en la luz, y nos equivocamos en la apreciación (si es que nos referimos a la Medicina China) porque el concepto de energía en Oriente es diferente: todo es energía Chi. La materia y la luz, lo tangible y lo intangible, el cuerpo y la mente, el músculo y la emoción.

En la Tradición China, cuando la energía Chi se mueve en forma centrífuga genera el Yang, cuyo arquetipo es el Cielo, su representación en la Tierra (su opuesto complementario) es el Fuego, que siempre arde hacia arriba queriendo volver a su origen. Yang es lo intangible, como lo que nosotros llamamos energía, es el calor, lo exterior, el movimiento, la luz, el pensamiento, la energía Qi que circula por los canales postulados por la acupuntura que llamamos Meridianos.

Cuando la energía se mueve en forma centrípeta genera el Yin, cuyo arquetipo es la Tierra y su representación en el Cielo son las nubes, que siempre tienden a caer en forma de lluvia. Yin es lo tangible, la materia, el frío, lo interior, la quietud, la oscuridad, el cuerpo, la sangre que circula por los tejidos.

Siendo el Yang y el Yin una unidad energética, ambas polaridades se influyen mutuamente y constantemente. Abordar la unidad energética que es el ser humano ya sea desde el Yang (lo que habitualmente llamamos energético) o desde el Yin (lo que llamamos cuerpo) afecta a todo el sistema, seamos concientes o no de esta cuestión.

Para la Medicina Tradicional China la salud es un equilibrio en constante movimiento, y depende de 3 causas.

a) Las causas externas, que son los climas: viento, calor, sequedad, frío, humedad.

b) Las causas internas, que son los estados de ánimo (las emociones): enojo, alegría, tristeza, miedo, preocupación.

c) Las causas que no son ni internas ni externas: la alimentación y el trabajo. De la primera dependen los sabores que preferimos: ácido, amargo, picante, salado, dulce. De la segunda, la actividad habitual del cuerpo: en movimiento, mirar o hablar mucho, acostado, parado, sentado.

Hay correspondencias entre estas 3 causas, y dependiendo de las coincidencias el resultado será la salud o la enfermedad.

Los climas dependen de las estaciones del año, que en su devenir están en constante movimiento: llegan, permanecen y se van, permitiendo la llegada de la siguiente.

Lo mismo debería suceder con los estados de ánimo: a todos dejarlos ir manteniendo la flexibilidad interior.

La alimentación y la actividad tendríamos que ajustarlas al clima y a nuestro estado interno. No es bueno comer lo mismo en invierno que en verano, ni hacer los mismos ejercicios cuando uno está sereno o cuando está enojado.

Los músculos también están sujetos a estas correspondencias y su salud depende del movimiento libre y adecuado.

La Medicina Tradicional China reconoce dos categorías de tejidos musculares: la musculatura del movimiento y la musculatura de sostén.

La musculatura de sostén depende del Meridiano de Bazo-Páncreas. “El Bazo regula la carne, los músculos y las 4 extremidades”. La “carne” en chino, hace referencia al tejido conjuntivo, a las fascias que envuelven órganos y músculos, a la pared de las venas y arterias, a la función del tejido como sostén. En la fisiología china la función del Bazo es “elevar” el Qi del cuerpo y la sangre. Dentro de esta función de “elevar” o, como dice en el Nei King (Tratado de Medicina Interna del año 400 a.C.), de “regular la ascención de lo puro”, está el sentido de sostén de los órganos internos y del cuerpo en relación a la gravedad. La humedad hace los tejidos más pesados y difíciles de sostener. El exceso de dulce relaja la musculatura y la hace más laxa. El trabajo sedentario disminuye la circulación de la sangre y los líquidos en las fascias haciéndoles perder tonicidad. La preocupación y el pensamiento “rumiante” consumen la energía del Bazo. La debilidad del Qi del Bazo provoca prolapsos, sensación de pesadez, somnolencia, cansancio continuo, falta de concentración y debilidad de las extremidades.

La musculatura del movimiento en chino se denomina jin, que puede traducirse a la vez como “tendón” y como “músculo”, y hace referencia a los tendones, a los ligamentos y a la musculatura estriada que interviene en el movimiento del cuerpo. Está regulada por el Canal del Hígado del que depende la nutrición de la sangre y de los músculos. “Cuando una persona se mueve, la sangre se desplaza hacia los Meridianos; cuando una persona descansa, la sangre vuelve al Hígado”.

Cuando el hígado funciona armoniosamente, el calor, la energía y la sangre se distribuyen uniformemente por el cuerpo y los tendones están flexibles, la musculatura adquiere la tonicidad y elasticidad justas, y los movimientos son suaves y coordinados. Pero si el Qi del hígado es afectado por un ataque de ira, por ejemplo, el calor sube a lo alto del cuerpo, retirándose de los músculos de la parte inferior, provocando contracturas en lo alto como en hombros y cuello, y debilidad muscular en lo bajo como en la cintura y las piernas. La desarmonía del hígado se manifiesta en movimientos torpes, incoordinados, poco fluidos; en contracturas, calambres o adormecimientos de los miembros y en dificultad para doblar o flexionar el cuerpo.

El Meridiano del Hígado está relacionado con la primavera, con el viento y con el enojo; con el exceso de actividad física y con el sabor ácido.

En primavera somos más impulsivos y el Qi que estuvo en el interior durante el invierno, se exterioriza y sudamos más con la actividad física. Es cuando el viento seca la transpiración enfriando los músculos de golpe y provocando contracturas como tortícolis (“un aire” dice la sabiduría popular). Si levantamos algo pesado estando enojados, es probable que luego suframos de lumbalgia por tener los músculos hipertónicos y sin capacidad de relajarse luego del esfuerzo. El sabor ácido como el del limón refresca el hígado cuando está sobrecargado, pero cuando el ácido láctico se acumula en los músculos por exceso de actividad, provoca contracturas y calambres.

No hay duda que la actividad física favorece a los músculos, pero debido a que el concepto de “músculo” es diferente en Occidente y en Oriente, debemos reconocer que el sentido de la actividad física también lo es.

En Occidente, lo importante es el trabajo de estiramiento, aeróbico, circulatorio, crear masa muscular. No está adecuado a los climas o a los momentos del día, o a los estados internos, ya que no parte de la idea de que los seres humanos somos una unidad con el cosmos, ni siquiera que somos una unidad.

La actividad física propuesta por la Tradición China, es muy diferente. Los ejercicios chinos para la salud como el Qi Gong y el Tai Chi trabajan la musculatura completa, tanto las fascias como los tendones y ligamentos, junto con la actitud interna y la concentración, para favorecer la distribución del Qi y el calor por los órganos, los Meridianos, los músculos y todo el interior y el exterior del cuerpo, procurando una justa adecuación con el universo exterior, lo que es considerado buena salud. Dichos ejercicios deben adecuarse a la estación del año, a la hora del día, a la edad y condición física y emocional del practicante. El objetivo no es crear más masa muscular, más elongación, más resistencia, ni más nada, sino conseguir un libre fluir del Qi entre el interior y el exterior, y viceversa; una mejor distribución de la sangre y de la energía; encontrar un equilibrio entre potencia y posibilidad en cada momento y ejercitar la flexibilidad tanto física como mental. Las mejoras conseguidas en nuestras posibilidades físicas o “musculares” serían una consecuencia y no un fin de este tipo de ejercicios. El Nei King recomienda tener más actividad en la juventud, en la primavera, a la mañana, y descansar más en la vejez, en el invierno y por la noche. No es recomendable hacer esfuerzos físicos estando enojado, ni comer en exceso estando preocupado. También las actividades repetitivas obstaculizan el libre fluir del Qi, como trabajar siempre sentado, o caminando, o parado, o leyendo. Usar sólo una parte del cuerpo, como una mano o la voz o los ojos o una pierna, recargan el Qi en esa zona, retirándolo de las demás partes del cuerpo, produciendo con el tiempo contracturas y trastornos funcionales.

El equilibrio es movimiento, el movimiento es salud, la salud es un estado de adecuación constante a las circunstancias internas y externas. El interior no solamente es lo que está bajo nuestra piel, nuestros órganos internos, sino también lo que pensamos, lo que sentimos, lo que deseamos, lo que creemos, nuestro aparato psíquico y nuestro espíritu. El exterior son, además de los climas y las estaciones del año, nuestro entorno vincular, familiar, afectivo, social, cultural, laboral, político, económico.

El concepto de unidad bio-psico-social-espiritual acuñado no hace mucho en Occidente, es una tradición milenaria en Oriente, donde el ser humano sólo puede ser pensado como una unidad de energía inmerso en un universo de energía que es el cosmos, y cuya salud personal-interior, depende de la salud social-exterior.

También de la flexibilidad de nuestra mente depende la flexibilidad de nuestra musculatura.

“Cuando el viento sopla, el bambú se inclina; cuando deja de soplar, el bambú no hace ruido”. Proverbio Zen.